En una noche oscura y tormentosa, en la que el viento soplaba con fuerza y la lluvia golpeaba las ventanas con furia, un grupo de amigos se encontraba reunido en una cabaña alejada de la civilización. La chimenea crepitaba y el ambiente estaba cargado de tensión, como si algo ominoso se cerniera sobre ellos.

La presencia invisible

De repente, uno de los amigos mencionó que había visto una sombra extraña moviéndose por la ventana. Los demás se miraron entre sí, con el corazón palpitando de miedo. Pero al acercarse a la ventana, no vieron nada más que la oscuridad reinante fuera de la cabaña.

Sin embargo, la sensación de ser observados continuaba presente en la habitación. Cada vez que alguien se acercaba a la ventana, parecía que una presencia invisible los acechaba desde el otro lado, con ojos que brillaban en la oscuridad y una risa macabra que hacía estremecer los huesos.

El terror se apodera de ellos

Los amigos intentaron calmarse, diciéndose a sí mismos que solo era su imaginación jugándoles una mala pasada. Pero cada vez que volvían a mirar por la ventana, la presencia se hacía más palpable, más real, más aterradora.


Pronto, los susurros comenzaron a invadir la habitación, voces susurrantes que parecían hablar en un idioma desconocido, pero que transmitían un mensaje claro: la muerte los estaba buscando, esperándolos al otro lado de la ventana.

El pánico se apoderó de ellos y trataron de huir de la cabaña, pero descubrieron que las puertas y ventanas estaban bloqueadas, como si alguien o algo estuviera impidiendo su escape.

La inevitable conclusión

Finalmente, la presencia invisible se hizo presente en la habitación, rodeando a los amigos con su aura de muerte y desesperación. Uno a uno, fueron cayendo víctimas de una fuerza sobrenatural que los arrastraba hacia la ventana, hacia el abismo de la oscuridad y el vacío eterno.

La muerte los había encontrado, había acechado por la ventana hasta llevarlos a su inevitable conclusión: el fin de sus vidas y el inicio de una eternidad de tormento y sufrimiento.

Y así, en la increíblemente cruel oscuridad de esa noche tormentosa, la muerte acechó por la ventana y se llevó consigo a aquellos que osaron desafiar su poderío.