Una visión surrealista de una ciudad donde el tiempo parece haber perdido su significado. Las agujas del reloj en las imponentes torres marcan horas diferentes, mientras el cielo se arremolina en patrones hipnóticos, sugiriendo una realidad que trasciende las limitaciones del mundo físico. Las figuras solitarias que vagan por las calles adoquinadas parecen perdidas en un sueño, ajenas al flujo normal del tiempo.
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